viernes, 23 de diciembre de 2011

JESÚS NACE EN BELÉN. Lc. 2, 1-21.


Por aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, por el que se debía proceder a un censo en todo el imperio. Este fue el primer censo siendo Quirino gobernador de Siria.

Todos, pues, empezaron a moverse para ser registrados cada uno en su ciudad natal. José también, que estaba en Galilea, en la ciudad de Nazaret, subió a Judea, a la ciudad de David, llamado Belén, porque era descendiente de David; allí se inscribió con María, su esposa, que estaba embarazada.

Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa.

En la región había pastores que vivían en el campo y que por la noche se turnaban para cuidar sus rebaños. Se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de claridad. Y quedaron muy asustados.

Pero el ángel les dijo: "No tengan miedo, pues yo vengo a comunicarles una buena noticia, que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor.

Miren cómo lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre".

De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al ángel, y alababan a Dios con estas palabras: "Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia".

Después de que los ángeles se volvieron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: "Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer". Fueron apresuradamente y hallaron a María y a José con el recién nacido acostado en el pesebre. Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho del niño. Todos los que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían.

María, por su parte, guardaba todos esos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior.

Después los pastores regresaron alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, tal como los ángeles se lo habían anunciado.

Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, nombre que había indicado el ángel antes de que su madre quedara embarazada.

martes, 20 de diciembre de 2011

LA ANUNCIACIÓN. Lc. 1, 26-38.

Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David. La virgen se llamaba María.

Llegó el ángel hasta ella y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo", María quedó muy conmovida al oír estas palabras, y se preguntaba qué significaría tal saludo.

Pero el ángel le dijo: "No temas, María porque has encontrado el favor de Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. Será grande y justamente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David; gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás".

María entonces dijo al ángel: "¿Cómo puede ser eso, si yo soy Virgen?". Contestó el ángel: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel está esperando un hijo en su vejez, y aunque no podía tener familia, se encuentra ya en el sexto mes del embarazo. Para Dios, nada es imposible."

Dijo María: "Yo soy la servidora del Señor, hágase en mi tal como has dicho". Después la dejó el ángel.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

MANCHA AL HOMBRE LO QUE SALE DE ÉL. Mt. 15, 10-20.

Luego Jesús mandó acercarse a la gente y les dijo: "Escuchen y entiendan: Lo que entra por la boca no hace impura a la persona, pero si mancha a la persona lo que sale por su boca":

Poco después los discípulos se acercaron y le dijeron: "¿Sabes que los fariseos se han escandalizado de tu declaración?". Jesús respondió: "Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial será arrancada de raíz. ¡No les hagan caso! Son ciegos que guían a otros ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo".

Entonces Pedro le pidió: "Explícanos esta sentencia". Jesús le respondió: "¿También ustedes están todavía cerrados? ¿No comprenden que todo lo que entra por la boca va al estómago y después termina en el basural? En cambio lo que sale de la boca procede del corazón, y eso es lo que hace impura a la persona.

Del corazón proceden los malos deseos, asesinatos, adulterios, inmoralidad sexual, robos, mentiras, chismes. Estas son las cosas que hacen impuro al hombre; Pero el comer sin lavarse las manos no hace impuro al hombre":

jueves, 1 de diciembre de 2011

NO TE COMPROMETAS A LA LIGERA. Pro. 6, 1-5.

Hijo mío, si has servido de aval a un compañero, si te has comprometido con un desconocido, estás amarrado por tus propias palabras, eres prisionero de tu propio compromiso. Pues bien, haz esto, hijo mío: ¡libérate lo más pronto! ¿No ves que estás a merced de otro? ¡Anda a verlo, ponte de rodillas, suplícale! ¡No concedas sueño a tus ojos ni descanso a tus párpados; tienes que librarte, como el ciervo de la trampa, como el pájaro de la red!.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

EL QUE NO QUISO SEGUIR A JESÚS. Lc. 18,18-34.


Cierto hombre importante le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?" Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno, nadie más. Ya sabes los mandamientos: No cometas adulterio, no mates, no robes, no levantes falsos testimonios, honra a tu padre y a tu madre".

Pero él contestó: "Todo esto lo he cumplido ya desde joven". Al oír esto, Jesús le dijo: "Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes, reparte el dinero entre los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; después ven y sígueme"

Ante tal respuesta, el hombre se puso triste, pues era muy rico.

Al verlo, dijo Jesús: "¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios para los que tienen riquezas! Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el Reino de Dios" Los presentes dijeron: "¿Quién podrá salvarse entonces?" Jesús respondió: "Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios"

En ese momento Pedro dijo: "Ya ves que nosotros hemos dejado todo lo que teníamos y te hemos seguido". Jesús respondió: "Yo les aseguro que ninguno dejará casa, esposa, hermanos, padre o hijos a causa del Reino de Dios sin que reciba mucho más en el tiempo presente y, en el mundo venidero, la vida eterna".

Jesús tomó aparte a los Doce y les dijo: "Estamos subiendo a Jerusalén y allí se va a cumplir todo lo que escribieron los profetas sobre el Hijo del Hombre: será entregado al poder extranjero; será burlado, maltratado y escupido; y después de azotarlo, lo matarán. Pero al tercer día resucitará." Los Doce no entendieron nada de aquello. Este era un lenguaje misterioso para ellos y no comprendían lo que decía. 

martes, 29 de noviembre de 2011

EL DUELO POR LOS MUERTOS. Sir. 38, 16-23.

Hijo mío, derrama lágrimas por un muerto y entona la lamentación que expresará tu dolor. Luego, entierra su cuerpo como se debe, no descuides nada referente a su sepultura. Gime amargamente, golpéate el pecho, haz el velorio como conviene por uno o dos días para marcar la separación, luego consuélate de tu tristeza.

Porque la tristeza lleva a la muerte, y la pena interior consume las energías.

Que la tristeza se acabe con los funerales: no puedes vivir siempre afligido.

¡No abandones tu corazón a la tristeza, échala y piensa en tu propio fin! No lo olvides: es sin vuelta. Tú te perjudicarías y no le harías ningún bien. Acuérdate de mi sentencia que un día podrás repetir: ¡ayer fui yo, hoy serás tú!

Desde el momento en que el muerto reposa, haz que también repose su recuerdo; consuélate desde el momento en que haya expirado.

domingo, 27 de noviembre de 2011

LO QUE ODIA EL SEÑOR. Pro 6, 16-19

Hay seis cosas que detesta el señor, y hasta siete que le causan horror: la mirada despreciativa, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente, el corazón que medita intenciones culpables, los pies que corren impacientes a hacer el mal, el testigo falso que habla para mentir y el hombre que provoca la discordia entre hermanos.

jueves, 24 de noviembre de 2011

AMAR A LOS ENEMIGOS. Mt 5, 38-48.

Ustedes han oído que se dijo: "Ojo por ojo y diente por diente". Pero yo les digo: No resistan al malvado. Antes bien, si alguien te golpea en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Si alguien te hace un pleito por la camisa, entrégale también el manto. Si alguien te obliga a llevarle la carga, llévasela el doble más lejos. Da al que te pida, y al que espera de ti algo prestado, no le vuelvas la espalda.

Ustedes ha oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo y no harás amistad con tu enemigo". Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos. Porque él hace brillar su sol sobre los malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué mérito tienen?. También los cobradores de impuestos lo hacen. Y si saludan sólo a sus amigos, ¿qué tiene de especial?. También los paganos se comportan así. Por su parte, sean ustedes perfectos, como es perfecto el Padre de ustedes que está en el cielo.

martes, 22 de noviembre de 2011

EL HOMBRE ES RESPONSABLE DE SUS ACTOS. Sir 15, 11-20.

No digas: "¡Dios me hizo pecar!" porque él no hace lo que odia. No digas: "¡Me hizo cometer un error!" porque no necesita un pecador. El Señor detesta el mal, y de igual modo lo detestan los que temen al Señor.

Cuando al principio creó al hombre, lo dejó en manos de su propia conciencia. Si tú quieres, puedes observar los mandamientos; está en tus manos el ser fiel. Ante tí puso el fuego y el agua: extiende tu mano a lo que prefieras: Delante de los hombres están la vida y la muerte, a cada uno se le dará lo elegido.

¡Qué grande es la sabiduría del Señor, qué fuerte y poderoso es él! Él todo lo ve. Su mirada se posa en los que le temen; conoce todas las acciones de los hombres. A nadie le ha pedido que sea impío, a nadie le ha dado permiso para que peque.